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Arquitectos: Langarita Navarro Arquitectos
- Área: 481 m²
- Año: 2020
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Fotografías:Rafael Trapiello, Luis Díaz Díaz
Descripción enviada por el equipo del proyecto. En la periferia de Madrid, sobre los terrenos baldíos de los descampados que rodeaban la ciudad, han surgido urbanizaciones cuyo planeamiento ha sido indiferente al paisaje y la convivencia con la naturaleza. Por lo general, la estricta normativa ha tenido como resultado parcelas colmatadas con edificación rodeadas de una estrecha franja de jardín con pocas posibilidades de prosperar.
El proyecto se ubica en uno de esos barrios de nueva construcción, en una parcela bien orientada que ocupa la posición final de una larga fila de adosados en contacto con un pequeño parque. La vida cosmopolita de los clientes, su memoria de los paisajes vividos en el norte de Europa y la dedicación al mundo del arte llevó a desafiar las normas urbanísticas para conseguir los dos objetivos anhelados: espacios altos y luminosos para las obras de arte y la necesidad de vivir conectados con un espacio exterior diverso.
El proyecto se plantea como una estratificación de acciones coordinadas en sección.
La primera acción consiste en crear un nuevo nivel 0 mediante la excavación total de la parcela. Se obtienen así alturas generosas que de otra forma la normativa no hubiera permitido y se consigue llegar cerca del nivel freático, lo que proporciona la humedad suficiente para lograr un mejor comportamiento térmico de la casa y unos jardines frondosos con poco riego. El orden programático habitual de la casa se invierte. El sótano se convierte en un espacio privilegiado en el que se agrupan los espacios lúdicos y compartidos del hogar abiertos a dos paisajes atlánticos, uno luminoso y variado en el patio sur y otro homogéneo y sereno en el patio norte.
La segunda acción consiste en diseñar una colección heterogénea de conectores que permiten resolver el desnivel entre la calle y el volumen construido: una rampa oblonga de madera, un plano permeable de tramex que sirve como aparcamiento de vehículos y la bandeja del jardín piscina. Todos ellos se han diseñado para potenciar el flujo del aire y favorecer los movimientos evapotranspiradores tanto de los jardines de la planta inferior como de la piscina. Estos movimientos mejoran el comportamiento térmico de la casa en verano y al mismo tiempo permiten la entrada de luz y sol en invierno.
La tercera acción consiste en elevar un volumen ligero de madera sobre unas esbeltas patas. En él se ubica la parte más privada de la casa. Esta pieza recupera las alineaciones de las edificaciones cercanas y da continuidad volumétrica al alzado urbano. Frente al ladrillo omnipresente del barrio, el proyecto propone una fachada ventilada de tejas de madera. La pieza se orienta al este para aprovechar las vistas del parque colindante y se protege de las miradas vecinas en las fachadas sur y norte. En la cubierta, un jardín de cactus permite alcanzar las vistas lejanas de la Sierra de Madrid.
Por último, una generosa escalera helicoidal de acero y madera permite recorrer de forma vertical el proyecto y tener una visión dinámica de todos los estratos.